Ya hace dos años que me gradué en Farmacia en la Universidad San Jorge. Recuerdo que cuando comencé no tenía claro qué me iba a encontrar, pero pronto me di cuenta que Farmacia era una carrera tan completa y con tanta amplitud de salidas laborales, que sabía que no me había equivocado al elegirla. Desde un primer momento supe que quería hacer el doctorado y seguir por el camino de la investigación, así que luché por ello.

Cuando estaba en 5º de farmacia, me dieron una beca de iniciación a la investigación con la que realicé mi Proyecto Fin de Grado relacionado con la genética. Me gustó tanto el tema que le propuse a mi tutora del proyecto continuar investigando con ella. La respuesta fue positiva desde el primer momento, así que solicité la beca Sabadell para que me ayudase económicamente en la realización de la tesis. De esta manera, comencé con el doctorado y el máster al mismo tiempo. Hice el máster en Atención Farmacéutica y Farmacoterapia porque, entre las opciones que daba la universidad, era la que más encajaba con el tema de mi tesis doctoral.

Comencé a investigar, y sigo haciéndolo, en el área de la farmacogenética. Esta rama investiga cómo determinados marcadores genéticos relacionados con el fármaco pueden ayudar a conocer si un paciente requiere mayor o menor dosis de fármaco o si tiene más riesgo a presentar ciertos efectos adversos.

Concretamente yo investigo con pacientes en tratamiento con Clozapina, un fármaco antipsicótico de segunda generación que se da a pacientes con Esquizofrenia Resistente al Tratamiento. Es decir, estos pacientes han estado en tratamiento con diferentes antipsicóticos y no han encontrado una mejora, así que se les da Clozapina. Sin embargo, cerca de un 30% de ellos tampoco responden a este fármaco. Es en ese momento cuando la farmacogénetica juega su papel como herramienta de ayuda para conocer si esta falta de respuesta puede estar asociada con su genética. Se trata de un área súper bonita, ya que se tiene acceso a los pacientes, a su mejora de la salud, se puede saber su medicación y cómo se sienten con ella, etc.

Con el doctorado se suele recomendar hacer una estancia en el extranjero para realizar la tesis con mención internacional. Por ello, me puse a buscar destinos donde poder aprender más sobre la temática de mi tesis. Mandé solicitudes a diferentes universidades de Europa que realizaban estudios relacionados con el mío, pero no recibí respuesta de casi ninguna o la mayoría me rechazaban. Fue muy frustrante ver que te cierran las puertas continuamente.

De repente, recordé que en una de las conferencias que realizaron las Hermanas Hospitalarias – centro neuropsiquiátrico con el que colaboro y que me facilita el acceso a los pacientes con los que trabajo – trataban la temática de la Clozapina en Europa. Me apunté el correo que dieron en esa exposición y así me puse en contacto con mi actual director de estancia. A partir de ese momento fue todo muy rápido.

Estaban muy interesados en colaborar con nosotros, ya que querían realizar farmacogenética con sus pacientes, así que hice todo el proceso burocrático para poder realizar la estancia con ellos. He de decir que fue muy duro porque el proceso es muy largo, supone gran esfuerzo y te sientes perdida, pero finalmente todo salió adelante. Al día siguiente de hablar con ellos ya tenía la carta de invitación. No me lo podía creer. Cambridge es una de las cinco mejores universidades del mundo y que te acepten para realizar parte de tu doctorado es un sueño. Además, que no sólo te acepten para realizar la estancia, sino que también quieran colaborar contigo te hace ver que estás haciendo bien tu trabajo.

En Cambridge estamos realizando la parte clínica con los pacientes: reclutamos pacientes en tratamiento con Clozapina para analizarlos genéticamente y obtenemos muestras y datos clínicos (sintomatología, medicación concomitante, hábitos de vida, efectos adversos) mediante entrevistas con los pacientes.

Cuando miro al futuro, realmente no tengo muy claro qué haré. Aunque es difícil, me gustaría poder continuar en la universidad para enseñar todo lo que he aprendido y al mismo tiempo seguir investigando en esta área. No puedo evitar acordarme de Cristina García y de Mapi Ribate, mis directoras de tesis. Sin ellas todo esto no hubiese sido posible porque son las que me han animado, enseñado y encaminado a estar donde estoy ahora mismo. Tampoco puedo olvidarme de mis compañeros de doctorado y nuestra vida en el despacho. ¡Me acuerdo mucho de vosotros, chicos!

A todos los que me han acompañado en este camino… ¡os echo de menos!

Un abrazo muy fuerte y ¡nos vemos pronto!